Contrabando

Ando buscando
un mensaje, una mirada,
un secreto pasaje
de contrabando
que me lleve de viaje
hasta un juego olvidado,
que haga latir de nuevo
este corazón disecado,
que me guíe tras la senda
de tus zapatos de tacón,
y que desborde de alegría
esta sutil conversación,
que me caliente un poco
esta cama tan fría
y últimamente tan vacía
de un buen revolcón.

Ando buscando,
un guiño, una noche,
algún destello rojizo
de contrabando
que ilumine las luces
de este dulce derroche,
que me golpee de bruces
contra el cielo de tu boca,
que derrita el mural de hielo
de este jodido corazón,
y me atrape sin buscarlo
resiguiendo despacio
cada sílaba de tus labios,
que me enseñe sin dudarlo
el camino que va desde mi olvido
hasta tu habitación.

Imagen: Charles Bour, "El contrabandista", 1839