miércoles, julio 25, 2012

Antipolítica

Els convido a llegir el següent discurs, que parla del desprestigi de la política i dels polítics i que fa una crítica directa i molt clara a l'actual sistema democràtic en quant als partits. Es tracta d'un discurs del que m'he permés la llibertat d'eliminar alguns detalls molt concrets, però que en cap cas desvirtuen el seu sentit ni el seu significat.

La simptomatologia és clara: el malalt està greu i el seu estat empitjora. La casta política dóna mostres evidents d'haver entrat en una fase de descomposició i en una entropia que l’està portant a l'autodestrucció, la deslegitimació i l'animadversió dels ciutadans decents i honrats que fa prou temps que estan farts d'aquesta situació, i que molt aviat expressaran aquest cansament generalitzat a les urnes. N’estem segurs.

Les enquestes assenyalen una important reculada del PP i de CiU mentre el PSC-PSOE es queda igual, a la banqueta de reserves on l’ha relegat la incapacitat i el cinisme demostrat la legislatura passada. Per al PP i CiU aquestes dades són només el començament d'una vertiginosa pendent de pèrdua de confiança, ambdues formacions perdran suport electoral dia a dia, i els seus futurs resultats així ho demostraran; els seus estats majors ho saben, i el nerviosisme comença a apoderar-se de les seves respectives direccions. (...)

L'anunci de noves i cada vegada més dramàtiques mesures de retallades, creixen al mateix ritme que els casos de corrupció i corrupteles. L'opinió pública no admetrà permanentment l'inadmissible. Rajoy no s'atreveix a sortir als mitjans de comunicació i s'oculta en el seu covard amagatall, no se sap si per vergonya o per falta d'ella. (...)

L'electorat català, com el de la resta d'Europa, té a hores d'ara molt clar qui són els qui l’han traït i qui som els qui estem (...) per defensar-los a ells i a un model de societat que (...) la pressió financera volen destruir. Els resultats electorals que recentment hem vist en diversos països europeus, són simptomàtics, un anunci que una nova era política està començant, i aviat, molt ràpid també ho farà a Catalunya. 

Aquest discurs, que al meu parer té punts de coincidència amb algunes reflexions que en alguns moments hem sentit a moviments com el 15-M ("no hay pan para tanto chorizo", "todos los políticos son iguales", etc.), en realitat es tracta d'un discurs del líder xenòfob i d'extrema dreta, Josep Anglada. Respecte al discurs original, que poden llegir aquí, només he eliminat les referències que parlen d'identitarisme o que directament, feien esment del seu partit.

Deixo oberta la porta a la reflexió de cadascú però em preocupa que sense males intencions, alguns estiguin alimentant una sèrie d'idees que neixen de l'antipolítica i que al final resulta que beneficien, com un boomerang perillós, als defensors de l'intolerància i del feixisme. I crec que això, al final, ens debilita com a societat i ens acaba abocant als braços de la debilitat, de la por, de la divisió i del fracàs col·lectiu.

viernes, julio 13, 2012

Aplausos, ecos y mentiras

Ayer, al escuchar los aplausos de los diputados del PP me sobrevino un escalofrío. El Presidente del Gobierno iba desgranando, una por una, las medidas con las que se pretende hacer frente a la complicadísima situación económica. Cada medida resulta aún más dura que la anterior: reducción de la prestación por desempleo, subida del IVA, tijeretazo a las ayudas a la dependencia, bajada salarial a los funcionarios... un recorte de nada menos que 65.000 millones de euros que pagarán directamente las familias, los parados, los funcionarios y los pensionistas.

Y ante ese relato de miseria y terror que tan sólo generará dolor en forma de sueños rotos, que sólo va a provocar que miles de españoles pasen hambre y que otros muchos acaben perdiendo su hogar, los diputados del PP aplaudían con furor inusitado, con rabia, con entusiasmo desesperado...

Mientras me llegaba desde el televisor el eco de esos aplausos, cada vez con más energía, con mayor fuerza, con el delirio inhumano que tan sólo cabe en la mente de un desquiciado, entendí que aquellos era los ecos siniestros de la mentira, del engaño y de la falta de escrúpulos.

Recordé las perversas mentiras lanzadas en las horas antes de aquella noche electoral de 2004, cuándo el PP de Aznar y de Rajoy se retorció intentando perpetuarse en el poder. Recordé los engaños durante sus años de oposición, con el "todo vale" como bandera, agitando las llamas de un descrédito político que hoy consume la confianza ciudadana en el servicio público. Recordé la falta de escrúpulos durante la última campaña electoral, dónde negando la mayor, engañaron al prójimo diciendo que jamás harían todo lo que ahora hacen. Cada nuevo aplauso me traía un recuerdo que me iba devolviendo al pasado, a imágenes ancladas en la memoria que ahora parecen lejanas y difusas.

Durante los años de gobierno socialista cometimos errores, es cierto. Calibramos mal el alcance real de la crisis, fuimos incapaces de plantear un sistema fiscal que repartiese mejor la riqueza y las cargas sociales, y nos mostramos muy poco eficaces en nuestra capacidad de explicar las medidas que íbamos adoptando para intentar capear el temporal de la economia. Los ciudadanos nos castigaron severamente por todo ello. Por supuesto, también hubo logros, hoy injustamente minusvalorados, en materia de igualdad, derechos y prestaciones sociales, aunque hoy no me detendré a hablar de ellos.

Aquellos que ayer aplaudían son los mismos que alimentan la convicción de que todos los políticos son iguales, esa nefasta idea que hoy aparece sumergida en el corazón de nuestra sociedad, y que sólo beneficia precisamente a los que menos iguales son, que son los poderosos, los especuladores financieros, los banqueros y los magnates que cómodamente controlan el poder económico y mediático de este país. Pero sin embargo, en realidad somos tan radicalmente diferentes que jamás un socialista se rompería las manos aplaudiendo medidas como las que ayer el Presidente vomitó en el hemiciclo del Congreso.

Un abismo nos separa y tenemos que demostrarlo. Ha llegado la hora de una oposición firme y sin concesiones. Porque no se puede acordar nada con aquél que abandona a los ciudadanos a su suerte. No hay pacto posible con aquél que renuncia al acuerdo social en las materias más básicas, cómo la sanidad, la educación o las pensiones. No hay pacto posible con aquél que quiere más miseria para los pobres y más ventajas para los que más tienen.

El camino de la recuperación sólo puede pasar por la aceptación de la crítica, por la búsqueda de un modelo alternativo para afrontar las dificultades (que es y debe ser posible), por la sinceridad y por la lucha y la movilización social ante esos aplausos que jamás serán capaces de despojar a los ciudadanos de algo tan básico como nuestra dignidad.

martes, julio 10, 2012

"Oda al hombre sencillo", de Neruda

Voy a contarte en secreto
quién soy yo,
así, en voz alta,
me dirás quién eres
(quiero saber quién eres)
cuánto ganas, en qué taller trabajas,
en qué mina,
en qué farmacia,
tengo una obligación
terrible
y es saberlo,
saberlo todo:
día y noche saber cómo te llamas,
ése es mi oficio,
conocer una vida
no es bastante
ni conocer
todas las vidas
es necesario,
verás,
hay que desentrañar,
rascar a fondo
y como en una tela
las líneas ocultaron,
con el color, la trama
del tejido,
yo borro los colores
y busco hasta encontrar
el tejido profundo,
así también encuentro
la unidad de los hombres,
y en el pan busco
más allá de la forma.
Me gusta el pan,
lo muerdo,
y entonces
veo el trigo,
los trigales tempranos,
la verde forma
de la primavera,
las raíces, el agua,
por eso
más allá del pan,
veo la tierra,
la unidad de la tierra,
el agua,
el hombre,
y así todo lo pruebo
buscándote
en todo,
ando, nado, navego,
hasta encontrarte,
y entonces te pregunto
cómo te llamas,
calle y número,
para que tú recibas
mis cartas,
para que yo te diga
quién soy y cuánto gano,
dónde vivo,
y cómo era mi padre.


Ves tú qué simple soy,
qué simple eres,
no se trata
de nada complicado.
Yo trabajo contigo,
tú vives, vas y vienes
de un lado a otro,
es muy sencillo,
eres la vida,
eres tan transparente
como el agua,
y así soy yo,
mi obligación es ésa:
ser transparente,
cada día
me educo,
cada día me peino
pensando como piensas,
y ando
como tú andas,
como, como tú comes,
tengo en mis brazos
a mi amor
como a tu novia tú,
y entonces
cuando esto
está probado,
cuando somos iguales,
escribo,
escribo con tu vida
y con la mía,
con tu amor y los míos,
con todos tus dolores
y entonces
ya somos diferentes
porque, mi mano
en tu hombro,
como viejos amigos
te digo en las orejas:
no sufras,
ya llega el día,
ven, ven conmigo,
ven con todos
los que a ti se parecen,
los más sencillos.
Ven, no sufras,
ven conmigo,
porque aunque
no lo sepas,
eso yo sí lo sé:
yo sé hacia dónde vamos,
y es ésta la palabra:
no sufras
porque ganaremos,
ganaremos nosotros,
los más sencillos
ganaremos,
aunque tú no lo creas,
ganaremos.