La espera
Casi a las 5 de la tarde de un día nublado de un caluroso mes de agosto que parece que languidece, me distraigo esperando. O mejor, espero distrayéndome. Me he dado cuenta de que en este momento presente, concreto y perseverante, buena parte de las cosas que me rodean se reducen a la circunstancia de la espera. La espera a una señal que nos despierte y nos ponga en marcha, o nos libere de un yugo figurado e inexistente, pero que nos mantiene entretenidos (o encadenados).
Pero más allá del momento presente, la espera está implícita en todo lo que nos rodea. Mientras escribo esto, al otro lado del cristal de la oficina, una muchacha espera intranquila a alguien que la venga a recojer. Junto a ella, un conductor nervioso espera agazapado a que el semáforo se ponga verde. Algo más allá, una mujer espera sentada a que sean las 5 para hacer unas fotocopias...
Y yo, entre todo esto, me entretengo escribiendo mientras espero la llegada de un mail que acaba de entrar en mi bandeja de correo. Me tengo que poner en marcha, alguien me está esperando.
Imagen de http://marioillan.blogspot.com
2 Comments:
De vegades cansa molt esperar, o bé no arriba el mail tan esperat...
Però de tant en tant, la sorpresa!
Ptonet
Joana,
ser pacient ajuda molt en això d'esperar, ja que a vegades ens toca esperar força estona a que arribi el mail, la sorpresa o el que sigui.
Bon cap de setmana.
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