jueves, septiembre 24, 2009

Un segundo

Hay un segundo ínfimo,
casi insignificante,
en el que pasé de mis veinticinco
a los casi veintisiete,
y aunque en esencia
sigo siendo el mismo,
de repente estoy
un poquito más lejos
de mis veloces y queridos recuerdos,
de las risas conjugadas
con un verbo femenino,
de un oasis secreto y cansino…
y al mismo tiempo,
ando un tanto más cerca
de un mañana impronunciable
que me arrastra con fuerza
y que de forma inevitable,
me traslada hasta un lugar
que no es de nadie,
más que de quién se decida
a conquistarlo con fuerza, ganas,
deseo, pasión, nostalgias
y algo de corazón.