Carta de Desamor
Cuántas veces sonreímos juntos, te acuerdas? A tu lado los días pasaban rápido y las noches despacio, pensando en ti, soñando contigo. Yo te abrazaba y tú te apoyabas en mi hombro, mientras el mundo entero se detenía a nuestro alrededor y lo único importante era el momento, que era precisamente nuestro.
Siempre te quise, más de lo que seguramente tú misma pensabas o creías. No te reprocho nada por esto. Incluso cuándo estábamos lejos y mi cabeza se llenaba de mil cuestiones, mi corazón se encargaba de recordarme cuánto te quería. Muchísimas veces tuve que echar a correr de un lado para otro para llegar a ti. Tampoco me quejo de esto, lo hacía por que quería hacerlo y porque quería compartir un instante contigo, jamás me supuso una obligación ni una carga.
Parecía que el fin no podía llegar nunca, y ahora que hemos llegado hasta él, la verdad es que me siento extraño y un poco embargado por el dolor. El corazón lo siente, y lo que más me duele es sentir que te lo estoy haciendo pasar mal. Después de todo, eso es lo que de verdad lamento, porque yo todavía te quiero, pero no de la misma manera.
Y creo que por muy lejos que estés te gustará saber, cómo dice Serrat, que por fría que sea mi noche triste, no echo al fuego ni uno sólo de los besos que me diste. Porque nena, cada momento a tu lado mereció la pena.
3 Comments:
Mecachis..
ho sento, m'ha emocionat un altre cop, Javi estic per fer.te pagar els cleenex.
Un petó.
cuanta razón tienes...
La verdad que tiene mucha razon... me hizo entender muchas cosas y razonarlas..
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