Contra la Violencia de Género

Hoy cuando tu mano cae, se hunde el mundo y el sueño termina. Las bombas de esta guerra silenciosa han amputado nuestro amor y despedazado la ilusión.

Mis costillas cansadas y abatidas, coraza de este pobre corazón solitario, aislado en la soledad del miedo, gritan basta ya y se sublevan contra esta guerra sin sentido, a esta lucha sangrienta sin causa ni motivo. Un golpe tras otro, impacto tras impacto, su resistencia ha sido minada, reducida a cenizas, escombros de un sueño virtual que existió pero que nunca fue.

Atrás quedan los besos, los instantes de paz y los paseos cogidos de la mano por la senda de la ilusión en un futuro común. No valen, no cuentan nada. Fueron semillas estériles que la sinrazón abocó sobre el yermo desierto de la guerra, tu guerra, la guerra que todo lo ha quebrado, que todo lo ha manchado de negro y gris, de color frustración.

Sin embargo, ahora sin el cálido recuerdo de tus primeros besos, ahora con las defensas derrumbadas y las torres caídas, ahora que mi mundo se vació y mi alma, mis esperanzas, mis ilusiones y mis hijos son refugiados de guerra, exiliados, entes traumatizados ante el horror del odio y la violencia, ahora que no tengo nada que perder, sólo me queda decirte adiós, expulsarte de mi vida. Tu guerra, tu odio han bombardeado y destruido todo aquello por lo que valía la pena sufrir, todo por lo que valía la pena luchar. La mentira del cambio, presente desde el primer disparo se ha desvanecido por fin.

El humo del miedo empieza a disiparse y los primeros rayos de luz cruzan ya las nubes de polvo, que debilitadas, de nuevo abren paso al astro rey. El sol marca el camino: lejos de tu frialdad, mi corazón empieza a latir de nuevo, alentado mis primeros pasos por esta nueva senda de esperanza, ilusión y vida. Adiós, tu eres y serás guerra, y ahora es tiempo de paz.

Declaració de la JSC Mataró, en el Dia Internacional contra la Violència de Gènere

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