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Parándome un momento me doy cuenta de que:

- "El diccionario es el cementerio de las palabras muertas", dice Julio Cortázar. Ante esta afirmación caigo en la cuenta de que mis diccionarios se cubren de polvo en la estantería por la falta de uso y que han sido sustituidos por Google.

- Tengo algunos amigos que saltan cada noche a la red para hacer nuevas amistades (y, porque no decirlo, también para conquistar) en lugar de salir a la calle.

- Revisando blogs a estas horas de la tarde (que ya es noche), me encuentro con casi todo lo que mañana podré leer en un periódico. He transformado los canales habituales de recepción de noticias en un tranquilo paseo por la blogosfera. Tiene sus ventajas, hay más pluralidad. Y puedo poner música de fondo para crear ambiente.

- Los canales de comunicación tradicionales como la radio o la televisión se mantienen, con matices, más o menos como siempre. Eso sí, cuándo escucho la radio lo hago a través de internet (excepto la COPE, ésta todavía la sintonizo por los métodos de toda la vida).

- Muy pocas veces, cuándo escribo, lo hago en un papel. El Word se ha convetido en mi lápiz, mi bolígrafo y mi pluma.

- Es más sencillo encontrarse a algunas personas que viven en tu mismo barrio o ciudad en una sesión de Messenger que al salir de casa para ir a hacer la compra, por ejemplo.

- En un año en el que se ha hablado bastante de memoria histórica, le damos una dimensión nueva al término. Ahora, también podemos jugar con la Guerra Civil Española, incluso cambiando la historia, si lo prefieren.

- Últimamente, cuándo esucho a Sabina, lo hago a través del ordenador. El equipo de música mira con recelo e indignación desde su rincón oscuro.

- Hago algunas llamadas telefónicas vía internet. Eso que me ahorro en telefonía.

- Y sobretodo, ya casi nunca hecho ninguna carta en un buzón. Ahora la mayoría de correspondencia la recibo y la envío con un teclado y una pantalla.

Imagen de http://www.campusred.net/campusalud/