Al final... al principio

El sábado 25 de febrero, alrededor de las 13:20 empecé a organizar algunas ideas que me rondaban por la cabeza y que merecían ser tratadas con un mínimo de profundidad, dedicación y seriedad para llevarlas a buen puerto.

Empecé a escribir en un documento word todo lo que se me pasaba por la cabeza para resolver un rompecabezas que en aquel instante correspondía afrontar. Desde entonces, ese documento ha esperado pacientemente en mi escritorio de Windows, mientras se iban completando poco a poco las circunstancias que en él habían quedado reflejadas.

La verdad es que hoy, dos meses después, aún me sorprende ver la manera en que se trazaron aquellas directrices en mi mente, sobretodo por el momento y por las circunstancias que rodeaban al momento, sobretodo porque algunas cosas de las que allí se recojieron parecían cuánto menos un poco descabelladas, o por lo menos impensables. Pero lo cierto es que ahora puedo empezar a sentirme ligeramente sarisfecho.

Y tan sólo ligeramente, porque si bien hoy hemos colocado la última pieza en su sitio para completar lo que se recojía en aquel documento, cabe dejar bien claro que la colocación de la última pieza no es sino el principio del trabajo de verdad, el que realmente merece la pena afrontar a partir de ahora.

Porque eso es lo que nos ha traído hasta aquí, ahora toca trabajar.

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