Noche en el Hotel

Haré un paréntesis antes de decir cualquier cosa sobre el actual momento político. Hoy hablaré sobre otras cosas, más agradables.

El sábado por la noche estuve de visita en el Hotel Cochambre, donde fuí huésped durante algunas horas de diversión indescriptible y Sabinera, con un punto tierno de locura. En el hotel tuve la ocasión de poder ver a alguna Princesa, que me hizo pensar en algún pacto entre caballeros suscrito hace tiempo con unos buenos amigos.

Antes de entrar, el tiempo casi se nos hecha encima mientras cenábamos. Pasaba y pasaba y nos dieron las diez (teníamos que entrar en el hotel a esa hora). Y no nos dieron las once porque nos dimos prisa para que los nervios de alguien no fueran más allá.

El espectáculo en el hotel no tuvo parangón y podría volver a alojarme en él sin ningún problema, pasarme 19 días y 500 noches (y que no fueran noches de boda) en sus habitaciones, esperando recibir algo más que besos en la frente, pasear por la calle melancolía (que está justo delante del hotel), dormir abrazado a unas medias negras para después... y si amanece por fin, descubrir que así estoy yo sin ti, para sumergirme de nuevo en los agravios de los peces de ciudad. Y sin embargo, aunque ése fuera el final, no me importaría descubrir la respuesta a la pregunta ¿Quién me ha robado el mes de abril?

En fin, seguro que vuelvo a ése hotel, pues me lo pasé (y francamente, me lo hicieron pasar) muy bien. Y por supuesto, volvería contigo.

Imagen de www.hotelcochambre.com