Una de Cine (5): Apocalypse Now
Si tuviera que darle a alguien una descripción del significado de la palabra "locura" le sentaría delante de una pantalla para echar un vistazo a esta película. Aunque quizás también serviría para describir lo que significa el "horror". Ambas son palabras que a su vez, también sirven para describir a una guerra. Y por lo tanto, seguramente la propia guerra es lo que mejor estamos mostrando con Apocalypse Now, película dirigida por Francis Ford Coppola en 1979.
Durante la guerra de Vietnam, el capitán Willard (Martin Sheen) recibe la orden de encontrar y asesinar a un comandante renegado de las fuerzas especiales, el coronel Kurtz (Marlon Brando). Lo que en principio podría parecer una aventura de acción rápidamente se transforma en una alegoría sobre la guerra y un viaje de autodescubrimiento. Finalmente cuando Brando hace su aparición, la película se convierte en una aventura filosófica de una solución de los misterios insolubles de la locura y la maldad.
La película tiene defectos pero es asombrosa, las grandes escenas son inolvidables. Apocalypse Now empieza (mientras se oye "The End", la canción de The Doors) con un montaje electrizante en el que los demonios del quebrantado Willard se apoderan de él en una habitación de hotel en Saigón, confundiéndose el sonido del giro de un ventilador con el de las aspas de un helicóptero.
Ya avanzada la película, navegamos río arriba en una patrullera con Willard y su tripulación, al encuentro de personajes cada vez más extravagantes. En ése recorrido, nos cruzamos con uno de los personajes más temibles y chiflados del cine, el coronel Kilgore alias "Me gusta el olor del Napalm por la mañana", surfista demente que lleva un sombrero Stetson y ordena un ataque al amanecer contra un pueblo de la zona que está en poder del Vietcong. La unidad aérea despega al salir el sol mientras Kilgore hace sonar a toda pastilla "La cabalgata de las Walquirias", de Wagner, desde su helicóptero. No es más que el primero de los encuentros surreales, de pesadilla, que evocan gráficamente fatales choques de culturas y las psicosis de la guerra.
Encuentros que culminan con el horror que espera al espectador tras más de dos horas de película, cuándo al fin llegamos al recinto de Kurtz y en el que nos espera un final que desconcierta por su ambigüedad.
Sin embargo, el verdadero horror esencial de este viaje hipnótico estriba en la exactitud con que, según dicen, Coppola captó la realidad de lo que sucedía en las selvas de Vietnam.
Imagen 1 extraída de www.film.guardian.co.uk
Imagen 2 extraída de www.massmoca.org
2 Comments:
Y la intrigante pregunta que se hace el protagonista y el espectador: "Los que me encuentro ya estan realmente locos! Qué habrá hecho Kurtz para ser calificado más loco todavía!"
Una de mis preferidas, por la crudeza, realidad y profundo análisis de la guerra, y en concreto de una guerra demente y psicótica.
Saludos
Grupo Salvaje, 1969......¿Alegoría de la Guerra de Vietnam?
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