lunes, diciembre 22, 2008

Contraportadas

Normalmente, cuándo un periódico cae en mis manos, acostumbro a darle la vuelta y a echarle un vistazo a la contraportada. Las contraportadas de los diarios suelen guardar pequeños hallazgos en forma de entrevistas o reportajes protagonizados por personajes que dibujan una visión contemporánea mucho más optimista que la que ofrecen los grandes titulares del día a día.
Precisamente, no hace muchos días, encontré una contraportada con una entrevista a David Jou, catedrático de física de la materia condensada de la Universitat Autónoma de Barcelona, además de teólogo y poeta. Recuerdo perfectamente a algunos de mis compañeros de universidad hablando del profesor Jou, hace algunos años. La sensación que me transmitía ya en aquella época era la de un tipo multidisciplinar, que había hecho del ingenio su compañía de viaje, con una amplitud de miras envidiable y una capacidad de entender y explicar el mundo mayor que la mayoría.
Esa visión y esa capacidad es precisamente lo que me llamó la atención de la entrevista y del personaje. Porque creo que esa visión es la que necesita una parte muy importante de la sociedad actual, una visión que nos permita afrontar nuevos retos, reinventándonos en busca de las soluciones a los problemas del día a día. Dar con las claves que nos ayuden a superarlos es cómo reescribir constantemente una enorme metáfora ante un mar de dudas grises.
Volviendo a la entrevista, leyendo algunas partes de la misma uno se encuentra con afirmaciones tan curiosas cómo que las personas somos polvo de estrellas, o sea carbono, oxígeno y nitrógeno. visto así, casi parece sencillo... pero más adelante el catedrático también nos dice las personas somos energía, espacio y tiempo, además de información... para más adelante revelarnos que la complejidad de nuestro cerebro es mayor que la de todo el universo. Una vez más, todo depende de la óptica con que se mire... en definitiva, después de sumergirse en la contraportada de un periódico, casi no quedan ganas de darle la vuelta y empezar la paciente lectura del gris devenir cotidiano.