Farewell
Cenaba tranquilamente mientras charlaba animado en algún lugar de la gran ciudad. El local se había ido vaciando sin darme cuenta (y bien poco que me importaba) y en el ambiente el bueno de Elvis entonaba sus mejores temas dando a la escena un aire de otra época.
La conversación discurría por caminos diversos, con giros que no conducían necesariamente a lugar alguno. Parecía cómo si despreocupadamente hubiera ido a parar a aquella mesa, cómo un viajero que no escoje su sitio en el tren ni la compañía de su trayecto.
De repente, el mundo de los blogs se cuela entre las bambalinas de la conversación. Y entre bambalinas se deja caer la reflexión de que la costumbre adquirida de colgar regularmente en este espacio las ideas, las sensaciones, los estados de ánimo... significa dejar entrever una parte de uno mismo, y que eso significa aportar elementos al resto del mundo (un mundo tan sumamente desconocido) para conocer a la persona, incluso a veces para saber más de uno que lo que uno mismo cree saber. La curiosidad es una aliada poderosa en estos temas, y los blogs son pasto de curiosos.
Cuándo esta idea aparece en la conversación, el acto reflejo de una sonrisa me da la razón. Una sonrisa que denota saber bien de lo que se está hablando. Una sonrisa que nunca ha dejado de despertar mi curiosidad y de llamar mi atención. Un sonrisa que cuándo calla emerge misteriosa desde el silencio, y en el seno del silencio es cómo la noche, bella y profunda.
Y ante una noche oscura, callada, constelada, bella y profunda, pues qué quieren que les diga... sobran las palabras.
Imagen de http://www.clfm.es/
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home