martes, enero 27, 2015

La entrevista

Cierra los ojos. Imagina.

Pedro Sánchez llega al plató para ser entrevistado en un programa de tertulia política. El programa se emite en horario de máxima audiencia en una televisión privada de ámbito estatal. Se sienta con los brazos colgando tras el respaldo, con una actitud entre pasota-defensiva. Su semblante parece muy serio. No ha venido a hacer amigos ni a parecer simpático.

El programa arranca. Los tertulianos, muchos de ellos periodistas, algunos de medios privados de tintes conservadores, empiezan a desgranar asuntos incómodos para el entrevistado. Pedro se revuelve, con tono agresivo. Por momentos, no deja hablar a nadie, interrumpe continuamente. Se defiende cómo gato panza arriba.

Los tertulianos le preguntan por el hecho de que un destacado miembro de la ejecutiva de su partido haya montado una empresa y haya facturado, en tiempo récord, 425.000 euros por trabajos en el extranjero. "¿Y qué pasa? Si paga es porque quiere, podría haber montado la empresa en el extranjero y no pagar nada. Además, mi compañero es un filántropo que dona altruistramente parte de sus beneficios a mi programa de televisión por internet."

Los tertulianos tragan saliva por momentos. El entrevistado sostiene un boli de 4 colores del que reiteradamente va haciendo ostentación durante el programa. Su exceso de "normalidad" abruma a los presentes en el plató.

Pero los pérfidos tertulianos vuelven al ataque. Ahora sacan a relucir los trapos de la mujer de Pedro, sus gestiones en un destacado Ayuntamiento de la Comunidad de Madrid para favorecer las adjudicaciones a la empresa de un familiar, con jugosos beneficios para éste. "Su delito es ser mi mujer. Está sufriendo una persecución injusta por ello y se están diciendo muchas mentiras. Además, ella ni tan siquiera conocía que la empresa era de su hermano."

Y el acoso y derribo continúa. Ahora que si el Secretario de Organización del partido cobra por no aparecer en su trabajo e incumplir el contrato que mantenía con la universidad. "Su trabajo se ha estado realizando. Es un trabajo ejemplar y magnífico, lo mejor que se ha hecho en su terreno y por lo tanto ha cumplido con creces. Dejen de decir mentiras."

"Y para las próximas elecciones generales sólo contamos nosotros y el PP. Los demás ni cuentan ni nos importan. Ése es el único bipartidismo que nos interesa."

Pedro se ha adueñado de cada instante del programa con su aire chulesco. Los periodistas casi parecen derrotados. Casi al final del programa, incluso, se atreve a espetarle a uno de los periodistas más incómodos: "Oye por cierto, periodista, a ti te llaman pantuflo?". La cara del periodista es un poema.

Acaba el programa, se apagan los focos del plató. Pedro Sánchez se levanta de su silla rápidamente. Fuera de las cámaras, lanza una mirada desafiante a todos los tertulianos y se marcha sin despedirse de nadie, con tono altivo, satisfecho con su actuación aunque contrariado por la maldita demagogia y las mentiras ante las que le sitúan día tras día.

Abre los ojos.